sin miedo.



No intento ser el gran amor de tu vida,


ese que te exige,


te demanda


y luego te olvida.






Simplemente intento ser ese que disfruta


cada instante, cada segundo de tu presencia.






Ese que en una noche de verano


pueda bajarte un cielo repleto de estrellas,


y encuentre en un abrazo,


en un beso tuyo,


la chispa efímera de la felicidad.






No quiero ser tu dueño, tu pastor, tu guía,


ese que te dice lo que tienes que hacer y luego te margina.






Simplemente intento ser ese que te quiere y te mima.


Ese que en alguna madrugada de desvelo,


feliz, extasiado, intensamente pueda disfrutar


de la paz de tu rostro mientras dormís...






No me interesa ir de visita por tu vida,


ser el gran señor que te llena de cosas


por fuera y por dentro te vacía.






Sólo intento ser el que te provoque una sonrisa,


ese tipo


que un día poniéndose romántico,


enmarque la belleza de tu rostro


y escriba una dulce poesía.






No me gustaría ser ese que de rodillas suplica tu amor,


ese que te tortura y lastima con su fuerte obsesión.






Solamente ansío ser aquel que naturalmente desees,


ese que en una impensada y casual noche


llegue a ser el dueño de tu confianza por única vez,


protagonista sin ninguna restricción


de la completa entrega de tu pasión.






Sólo intento ser aquel que te pueda enseñar:


que quizás exista el amor eterno,


que tal vez la felicidad puede persistir,


que cada instante compartido


puede ser un mágico sueño


del que no se quiera despertar...






Sólo pretendo ser únicamente yo,


ese loco perdido que te quiere,


ese poeta que se anima a decir


sin miedos todo lo que siente..

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