Reflexion I : El alma y la plenitud del equilibrio.
Con risas, burlas y agresión
responde sólo el alma
que no ha podido conocerse.
A ese alma, le queda un camino por recorrer,
al cual nadie podrá darle las herramientas,
no aparecerá ningún profeta marcando un camino.
A este conocimiento se llega de una forma distinta
No se logra llegando a un destino,
sino lograr vivirse como tal,
plantearse una realización
que haga ver y pensar los sucesos
desde otra esfera.
y a las risas no las he de despreciar,
ya que son el alimento de la cotidianidad,
quien no ríe, pierde un sentido muy importante, el propio.
pero nos sesga cierta incomodidad
al pensar en quien las utiliza,
en gesto de discriminación,
quien en su anhelo de progreso,
se cree vivazmente superior.
es una transición que todos tarde o temprano, podremos vivir
dejar el espíritu cultural de la competencia,
y suplantarlo por la necesidad de equilibrio.
Un alma plena, no es aquella que se adapte a un margen estadístico
o blasfeme en contra de los malos sucesos del pasado de la humanidad
La plenitud, es un destino vivo, una pausa intermitente,
que brinda la posibilidad de cambiarse el caleidoscopio ritual
con el que vivimos desde siempre.
y es un acto egoísta, dirán algunos,
plantearse llegar al destino viviente.
conjeturando que uno solo aboga por si mismo.
siendo que el proyecto en el que un alma se encamina,
al rozar esa plenitud,
va mas allá de los principios del individuo o de la masa.
Un alma plena plasma en su cuerpo,
en esa ósmosis constante y directa que existe, su real estado.
Esto es, quien atribuye a su aspecto físico gran importancia,
demarca una falta de equilibrio espiritual.
Otro caso similar de desequilibrio de la Psyche griega (alma)
es el atribuido a las personas
que sin conciencia alguna de sus decires,
revolotea por ahí, sembrando vientos
y soprendiendose de la vida,
en tanto esta, le devuelva sus tempestades.
Sobrevolando estas palabras,
podría decirse, de hecho,
yo lo digo como tal..
que no es cuestión una competitiva y de superación
la que nos llevará a vivir
realmente plenos de nuestra efímera
pero no por eso menos valiosa, existencia.
sino, es un equilibrio que debemos mantener,
para dejar de pasearnos entre tribulaciones culturales,
y acceder a una postura que nos brinde,
durante el proceso inevitable que es la rutina,
un estado de plenitud.
responde sólo el alma
que no ha podido conocerse.
A ese alma, le queda un camino por recorrer,
al cual nadie podrá darle las herramientas,
no aparecerá ningún profeta marcando un camino.
A este conocimiento se llega de una forma distinta
No se logra llegando a un destino,
sino lograr vivirse como tal,
plantearse una realización
que haga ver y pensar los sucesos
desde otra esfera.
y a las risas no las he de despreciar,
ya que son el alimento de la cotidianidad,
quien no ríe, pierde un sentido muy importante, el propio.
pero nos sesga cierta incomodidad
al pensar en quien las utiliza,
en gesto de discriminación,
quien en su anhelo de progreso,
se cree vivazmente superior.
es una transición que todos tarde o temprano, podremos vivir
dejar el espíritu cultural de la competencia,
y suplantarlo por la necesidad de equilibrio.
Un alma plena, no es aquella que se adapte a un margen estadístico
o blasfeme en contra de los malos sucesos del pasado de la humanidad
La plenitud, es un destino vivo, una pausa intermitente,
que brinda la posibilidad de cambiarse el caleidoscopio ritual
con el que vivimos desde siempre.
y es un acto egoísta, dirán algunos,
plantearse llegar al destino viviente.
conjeturando que uno solo aboga por si mismo.
siendo que el proyecto en el que un alma se encamina,
al rozar esa plenitud,
va mas allá de los principios del individuo o de la masa.
Un alma plena plasma en su cuerpo,
en esa ósmosis constante y directa que existe, su real estado.
Esto es, quien atribuye a su aspecto físico gran importancia,
demarca una falta de equilibrio espiritual.
Otro caso similar de desequilibrio de la Psyche griega (alma)
es el atribuido a las personas
que sin conciencia alguna de sus decires,
revolotea por ahí, sembrando vientos
y soprendiendose de la vida,
en tanto esta, le devuelva sus tempestades.
Sobrevolando estas palabras,
podría decirse, de hecho,
yo lo digo como tal..
que no es cuestión una competitiva y de superación
la que nos llevará a vivir
realmente plenos de nuestra efímera
pero no por eso menos valiosa, existencia.

para dejar de pasearnos entre tribulaciones culturales,
y acceder a una postura que nos brinde,
durante el proceso inevitable que es la rutina,
un estado de plenitud.
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