Tantas ausencias, y solo yo me encuentro presente, alegando de sentirme vivo.. ya son menos las veces que respiro. Que te siento y te retengo en el olfato de la costumbre y las pieles. Es inminente el advenimiento de los futuros que me traigan recuerdos. A pesar de eso, decidí ser presente, tener-te ausente. Proclamé enunciados en contra de mi voluntad, y de mi corazón. para el equilibrio de la vida. No siempre es bueno ser sentimental, ni seguir el palpito del corazón. perplejo me quedo ante la impotencia voraz que me ataca, al sentir que la vida sigue y quien se queda, soy yo. me muevo y existo, pero no sigo. Sucederá la vida entonces, y tropezaré con mi sentir, una y mil veces.
Vals de cuerpos química espiritual dos almas, una persona miles de sensaciones, franco viaje al universo. Un ser dividido en dos, juntándose, matándose, en este asqueroso pero vigorizante juego que es el amor Y la luz, tu brillo, mi guia. aparece cuando menos me espero renace de las cenizas mas tragicas Destello de un zafiro, que demarca esperanza que enciende los fuegos mas instintuales del ser. de mi ser, de mi certidumbre y no es hoy, no será mañana. Será cuando prospere tu alma, no tu cuerpo. cuando volvamos a forjar escudos y ballestas para continuar la lucha. de esta agria rutina, que es larga y es mucha.
Abandoné la promiscuidad, la dejé olvidada cuando pude sentir como acarició mi cara una mirada que gritando me dijo "no te vayas, por favor" Me abandoné a mi, a mi yo perecedero cuando atado a sus suspiros recorrí sintiendo, mi sonrisa, mi alma. Dejé tirados los recuerdos carbónicos para que no pesen ni ardan cada vez que miro por el retrovisor Me alejé volando en un silencio, pues ya no quiero volver a verme hijo de la pluralidad. Tantos rostros plásticos de transeúntes anónimos y una sola mirada me encontró Son los ojos del destino sin la gangrena del azar que incitan en mi, un picor divino, un sabor a pimienta dulce que hacia rato no saboreaba. El mejor adiós, es la renuncia al propio pasado, hacer morir los fantasmas, dejar las rocas en su lugar, para no patear ni dañar el camino que nos queda por afrontar.
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